Paz, puede ser campeona mundial!

Levinson pasó el fin de semana la primera prueba de fuego: fue seleccionada entre los 15 semifinalistas tras competir con 59 sommeliers de todo el mundo. El otro argentino que participaba, Martín Bruno, fue eliminado. Hoy, desde las 15.30, de los 15 quedarán tres: si lo logra, eso ya será un récord. En el Mundial anterior (se hace cada tres años) se ubicó en el puesto 11. Para eso se viene lo más duro con exámenes orales y prácticos en el Teatro Independencia ante un jurado presidido por el japonés Shinya Tasaki, presidente de la Asociation de la Sommellerie Internationale, que tiene 53 países miembros.

Pero esta vez en la delegación argentina sobra optimismo y sostienen que Levinson es una firme candidata porque ganó experiencia. Por un lado ya estuvo en el Mundial de Japón y conoce cómo se juega, y especialmente porque amplió en su formación desde que se fue a Europa, a trabajar en París. Así se abrió mucho más “su” mundo del vino: hay que saber que en el concurso los sommeliers tienen que descubrir a ciegas, por ejemplo, qué variedad de vino o spirit o espumante están tomando, de dónde es, y cuáles son sus características organolépticas. Luego, también hay un aparte muy importante en las pruebas sobre el servicio del vino. Todo esto, contra un tiempo establecido.